Después de mucho tiempo decidí publicar un cuento corto mío. Esta vez espero muchas críticas y/o comentarios.
Dedicado especialmente a las lectoras que me solicitaron Literatura propia. Espero no decepcionarlas.
"La fiebre de un sábado azul...y un domingo en primavera. Esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza..." (Serú Girán - Viernes 3am)
VIERNES 3 AM
No recordaba con claridad en cual película había escuchado la frase: “Le mejor manera de morir es desangrarse, porque uno lo hace de a poco”. La herida que se auto provocó en una muñeca (la izquierda, ya que con la otra pensaba escribir una carta) no era muy profunda, lo que le permitiría un cómodo tiempo de ordenar sus ideas y transmitirlas.
Desechó la computadora porque no quería arruinar el teclado con la sangre (solo tecleaba con ambas manos) y recurrió al clásico papel y pluma. Odiaba las despedidas, por lo que decidió que la suya sería una carta de agradecimiento. Su mayor problema sería ahora que tenía mucho que agradecer.
Empezó por lo básico: familia, amigos y amores pasados (no muchos, pero intensos). No quería que piensen que estaba loca o maniaca-depresiva (eligió ese término porque le sonó más “académico”), al contrario, siempre demostró una total coherencia en su accionar y pensar, además de una alegría desbordante.
A los todavía veintiún años de vida le era fácil hacer un recuento de su existencia. Pero lo que realmente le hubiera gustado plasmar era una especie de proyección de cosas y hechos que pudo haber realizado si es que no estuviera haciendo lo que hace.
Pensaba terminar la carta con las instrucciones de publicación de su libro inédito de poesías, pero no pudo con su genio y antes de cualquier acción adicional, recurrió a su otra pasión: Internet, para consultar el tiempo que le quedaba antes de morir desangrada. Son increíbles las cosas que se pueden averiguar allí.
“Tiempo es igual a la proporción directa entre la distancia y la velocidad”, recordó. Sonrió para si misma por lo inútil de la deducción. Lo que sí era importante es que todavía contaba con diez minutos más y es por eso que decidió (por respeto a todos los que amaba) explicar/escribir la razón por la cual tomó la determinación de acabar con su vida.
Cuando finalizó la carta, cerró el sobre de color azul, apagó la computadora, besó el portarretrato con la foto de su familia, encendió la radio y puso su canción favorita de Serú Girán: “Viernes 3 am”. Sonrió por última vez al darse cuenta de lo coincidente de la letra con lo que hacía en ese instante. Se acostó en la cama y sacó del cajón y vio una vez más el resultado de su test de Elisa. Extendió los brazos y esperó la muerte con la misma sonrisa.
Viernes 07/04/06 7:30 pm (Irish)
No recordaba con claridad en cual película había escuchado la frase: “Le mejor manera de morir es desangrarse, porque uno lo hace de a poco”. La herida que se auto provocó en una muñeca (la izquierda, ya que con la otra pensaba escribir una carta) no era muy profunda, lo que le permitiría un cómodo tiempo de ordenar sus ideas y transmitirlas.
Desechó la computadora porque no quería arruinar el teclado con la sangre (solo tecleaba con ambas manos) y recurrió al clásico papel y pluma. Odiaba las despedidas, por lo que decidió que la suya sería una carta de agradecimiento. Su mayor problema sería ahora que tenía mucho que agradecer.
Empezó por lo básico: familia, amigos y amores pasados (no muchos, pero intensos). No quería que piensen que estaba loca o maniaca-depresiva (eligió ese término porque le sonó más “académico”), al contrario, siempre demostró una total coherencia en su accionar y pensar, además de una alegría desbordante.
A los todavía veintiún años de vida le era fácil hacer un recuento de su existencia. Pero lo que realmente le hubiera gustado plasmar era una especie de proyección de cosas y hechos que pudo haber realizado si es que no estuviera haciendo lo que hace.
Pensaba terminar la carta con las instrucciones de publicación de su libro inédito de poesías, pero no pudo con su genio y antes de cualquier acción adicional, recurrió a su otra pasión: Internet, para consultar el tiempo que le quedaba antes de morir desangrada. Son increíbles las cosas que se pueden averiguar allí.
“Tiempo es igual a la proporción directa entre la distancia y la velocidad”, recordó. Sonrió para si misma por lo inútil de la deducción. Lo que sí era importante es que todavía contaba con diez minutos más y es por eso que decidió (por respeto a todos los que amaba) explicar/escribir la razón por la cual tomó la determinación de acabar con su vida.
Cuando finalizó la carta, cerró el sobre de color azul, apagó la computadora, besó el portarretrato con la foto de su familia, encendió la radio y puso su canción favorita de Serú Girán: “Viernes 3 am”. Sonrió por última vez al darse cuenta de lo coincidente de la letra con lo que hacía en ese instante. Se acostó en la cama y sacó del cajón y vio una vez más el resultado de su test de Elisa. Extendió los brazos y esperó la muerte con la misma sonrisa.
Viernes 07/04/06 7:30 pm (Irish)
5 comentarios:
Felicidades por animarte a escribir.
Muy bueno tu estilo y excelente el fin.
Querida Vania: Por un error mío eliminé el duplicado de este post y en eso se fue tu comentario. Quiero decirte que lo leí y mu egustó muchísimo y que espero que sigas comentando...como siempre. Va un abrazo y un agradecimiento por leerme.
...y cuando su madre la pillo toda desangrada...fue y la abrazo, mala suerte por la vieja que se habia hecho un tajo en la mano cocinandole esas milanesas que tanto le gustaban...Bienvenida al club mama! TENES SIDA
Pao me lo había dicho. "Tus finales son la esencia de tus cuentos". Tenía razón. Bueno, felicidades por ese compartir y ha seguirle dando a la letra ¿no?
que pelotudes realmente.. no se ni que mierda hago en esta pagina. ni para que lei eso.pero el q escribio eso es un negro grasiento que no tiene nada mas bueno para hacer.MUERTE A LOS HIPIES
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