Hola a tod@s:
Los que me conocen saben que tengo una pasión enorme por los cuentos cortos, sobretodo escribirlos. A veces se me ocurre algo semi-interesante y lo escribo. Raras veces lo hago con una idea pre-concebida, casi siempre empezo con una primera línea y las ideas surgen por sí solas. Una gran inspiración para escribir como lo hago ahora fue la película "Finding Forrester" con Sean Connery en el papel del escritor William Forrester.
Acá les van dos creaciones mías, espero las disfruten y las comenten.
Azúuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucar !!!!!
LA DEVOTA
En un pequeño, triste y típico pueblito, me contaron hace muchos años la historia de Doña Carmencita. Muy querida señora que enviudó joven y siendo tan devota como era, le rezó a Dios durante cuarenta años para que le conceda la muerte, a fin de reencontrarse con su marido. Cuando el Todopoderoso se apiadó de ella, no solo le quitó la vida, sino también la mandó directo al purgatorio. Dicen que Dios no acepta presiones.
JUSTA CONDENA
Un juez asesinó a su mujer, según me contaron, en un arranque de locura y por un asunto de infidelidad. Luego de analizar la situación cuidadosamente y descubrir que fue un crimen con saña, premeditación y alevosía, el magistrado decidió condenarse a sí mismo a la pena de muerte y contrató a un sicario. Pero como hombre justo y apegadísimo a las leyes, se aplicó una segunda condena, esta vez por complicidad en su propio asesinato.
En un pequeño, triste y típico pueblito, me contaron hace muchos años la historia de Doña Carmencita. Muy querida señora que enviudó joven y siendo tan devota como era, le rezó a Dios durante cuarenta años para que le conceda la muerte, a fin de reencontrarse con su marido. Cuando el Todopoderoso se apiadó de ella, no solo le quitó la vida, sino también la mandó directo al purgatorio. Dicen que Dios no acepta presiones.
JUSTA CONDENA
Un juez asesinó a su mujer, según me contaron, en un arranque de locura y por un asunto de infidelidad. Luego de analizar la situación cuidadosamente y descubrir que fue un crimen con saña, premeditación y alevosía, el magistrado decidió condenarse a sí mismo a la pena de muerte y contrató a un sicario. Pero como hombre justo y apegadísimo a las leyes, se aplicó una segunda condena, esta vez por complicidad en su propio asesinato.
1 comentario:
muy buena aunque mi padre fue juez se como es la justicia en santa cruz y ademas ahora es fiscal
jajajajajaj igual buena
ceci.
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